
Estudios recientes y proyecciones demográficas nacionales nos indican un panorama donde la población chilena envejece y la diversidad funcional es cada vez más reconocida. Esto significa que los proyectos que hoy se diseñan con una visión limitada de la accesibilidad, inevitablemente se enfrentarán a costosas remodelaciones futuras o, peor aún, a una cuota de mercado significativamente reducida. La anticipación es, en este escenario, la mejor inversión. Pero, ¿cómo se materializa esta visión desde el anteproyecto? La clave reside en un cambio de paradigma: pasar de la accesibilidad como un ‘extra’ o un ‘parche’ a un componente intrínseco del ADN del diseño.
1. **Comprender al Usuario Diverso:** Pensar más allá de la silla de ruedas. ¿Estamos considerando a personas con movilidad reducida, adultos mayores, padres con coches de bebé, personas con discapacidad visual o auditiva? Un análisis profundo de los futuros usuarios es el punto de partida para un diseño verdaderamente inclusivo y competitivo.
2. **Diseño Espacial Flexible:** Los espacios deben ser intrínsecamente adaptables. Esto implica pasillos más amplios, puertas con aperturas adecuadas y, crucialmente, la ubicación estratégica de rampas y ascensores. No es añadir una rampa a posteriori, es pensar la circulación de forma universal desde el minuto cero.
3. **Materialidad y Sensorialidad:** La selección de pavimentos antideslizantes, una iluminación uniforme y sin brillos excesivos, así como una señalética que combine elementos visuales, táctiles y auditivos, son fundamentales. Cada elección material influye directamente en la experiencia de todos los usuarios.
4. **Tecnología al Servicio de la Inclusión:** La domótica y diversas soluciones tecnológicas pueden potenciar enormemente la accesibilidad. Sistemas de apertura automática de puertas, controles de ambiente a baja altura o aplicaciones que faciliten la navegación dentro del edificio, son ejemplos de cómo la tecnología se integra en un diseño proactivo.
5. **Colaboración Interdisciplinaria Temprana:** No es tarea de un solo arquitecto. Involucrar a consultores especializados en accesibilidad, terapeutas ocupacionales y, si es posible, a futuros usuarios, desde las primeras reuniones del anteproyecto, garantiza una visión holística y evita errores costosos y retrasos en el futuro.
Los proyectos que adopten esta mentalidad no solo cumplirán con la ley, sino que se posicionarán como líderes en el mercado chileno, atrayendo a un público más amplio y construyendo un legado de edificación socialmente responsable y económicamente viable a largo plazo. La accesibilidad desde el anteproyecto no es una carga, es el cimiento de la competitividad futura.