
El cerebro detrás de cada movimiento es el sistema de control. Basado en microprocesadores avanzados, gestiona el flujo de tráfico mediante algoritmos que optimizan las paradas y el direccionamiento de cabinas. Tecnologías como el ‘destination dispatch’ permiten a los usuarios seleccionar su piso antes de abordar, y el sistema asigna la cabina más eficiente, reduciendo tiempos de espera y la cantidad de paradas intermedias. Esto no solo mejora la experiencia del usuario, sino que maximiza la capacidad de transporte en edificios de alto tránsito. En términos de seguridad, los ascensores incorporan múltiples capas de protección: desde sistemas de frenado redundantes y limitadores de velocidad que actúan ante cualquier exceso, hasta sensores infrarrojos en las puertas que previenen cierres inesperados y sistemas de rescate automático ante fallas eléctricas, garantizando la integridad de los ocupantes.
La eficiencia energética se refuerza con la capacidad de regenerar energía. Cuando la cabina desciende con carga pesada o asciende con carga ligera, el motor actúa como generador, devolviendo electricidad a la red del edificio en lugar de disiparla como calor. Esta característica, junto con la iluminación LED en las cabinas y modos de espera que reducen el consumo, contribuye significativamente a la reducción de la huella energética. La conectividad es otro pilar: la integración de IoT (Internet de las Cosas) permite el monitoreo remoto en tiempo real, facilitando el mantenimiento predictivo y proactivo. Los datos recopilados sobre el funcionamiento permiten identificar posibles fallas antes de que ocurran, minimizando interrupciones y optimizando la vida útil del equipo.
En Argentina, la adopción de estas tecnologías se acelera en los nuevos desarrollos residenciales y corporativos, especialmente en ciudades como Buenos Aires, Córdoba y Rosario, donde la densificación vertical es constante. Se proyecta que, para fines de 2026, más del 40% de las nuevas instalaciones incorporen sistemas de regeneración de energía, impulsado por la búsqueda de certificaciones de eficiencia y la reducción de costos operativos. La estandarización de sistemas de monitoreo remoto, que permiten diagnósticos preventivos y mantenimiento proactivo, es otra tendencia ineludible que garantiza una operatividad ininterrumpida y prolonga la vida útil de los equipos, impactando directamente en la productividad y la valorización de los inmuebles en el corto plazo.