
31/08/2025 l Obra pública
Desde una perspectiva laboral, el impacto es directo y palpable. La mejora en la transitabilidad se traduce en una reducción significativa de los tiempos de viaje (en promedio, un 15% menos en tramos clave), lo que optimiza las cadenas de suministro para el sector agroindustrial, minero y turístico. Pensemos en un camionero que ahora puede hacer su ruta de manera más segura y eficiente, o en un productor que ve cómo sus productos llegan al mercado en mejores condiciones y a menor costo. Además, los proyectos de rehabilitación por sí mismos son generadores de empleo: se estima que cada 100 kilómetros de ruta rehabilitada crean alrededor de 150 puestos de trabajo directos e indirectos durante la fase de ejecución, un dato crucial para las economías locales que ven dinamizarse la demanda de mano de obra y servicios.
Mirando hacia el futuro, esta tendencia es más que un simple ciclo de mantenimiento. Es una apuesta estratégica que busca anclar el desarrollo en el interior del país, fomentando la competitividad y el arraigo. La conectividad vial es un pilar fundamental para atraer inversiones, facilitar el acceso a nuevos mercados y consolidar el potencial productivo de Argentina. No se trata solo de asfalto nuevo, se trata de abrir caminos a nuevas oportunidades, de que la gente pueda trabajar y vivir mejor en su lugar, sin que la distancia o el mal estado de una ruta sean un impedimento. La visión es clara: rutas provinciales eficientes para una Argentina más productiva y equitativa.