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Construyendo el Futuro: La Obra Pública y su Rol en la Adaptación Climática
10/06/2025 l Obra pública
Cómo la infraestructura estratégica de América Latina puede liderar la resiliencia ante el cambio climático.
La creciente necesidad de ciudades resilientes ante el cambio climático destaca la importancia de la obra pública en la infraestructura latinoamericana. La obra pública no solo sirve para desarrollar y mantener la infraestructura básica, sino que, al mismo tiempo, representa una oportunidad crucial para implementar medidas que disminuyan la vulnerabilidad de las comunidades frente a desastres naturales. Proyectos en países como Colombia y Chile ya están demostrando cómo las construcciones sostenibles pueden servir no solo para mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos, sino también para hacer frente a fenómenos climáticos extremos asociados al cambio climático. La inversión en infraestructura resistente puede ser determinante para mitigar el impacto del calentamiento global y sus efectos, llevando la adaptación al cambio climático a figuras destacadas del desarrollo regional.
Según un informe reciente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), se estima que América Latina enfrenta pérdidas económicas de hasta el 1.5% del PIB anual a causa de eventos climáticos extremos. La comparación de países que han implementado iniciativas robustas de infraestructura y aquellos que no, revela un contraste notable en términos de resiliencia. Mientras que México ha avanzado en la construcción de diques y sistemas de drenaje pensados para soportar inundaciones recurrentes, naciones con menos preparación, como algunos países de Centroamérica, enfrentan desafíos significativos tras fenómenos climáticos devastadores. Además, una visión a largo plazo es esencial para garantizar que estos proyectos no solo se construyan, sino que se mantengan y actualicen de manera continua. Incorporar tecnologías inteligentes y prácticas sostenibles, como la recolección de agua de lluvia o el uso de materiales ecológicos, es fundamental para que la obra pública se convierta en un catalizador de cambio en la región, garantizando espacios urbanos más seguros y sustentables para las generaciones futuras.
