
04/09/2025 l Tendencias
Pensemos un momento en el valor de los datos. Desde el monitoreo con sensores IoT en el sitio, que nos alertan sobre niveles de humedad o temperatura críticos, hasta los gemelos digitales que replican con precisión la obra en un entorno virtual, cada byte de información es una pieza clave. La verdadera magia reside en la integración: que el modelo BIM (Building Information Modeling) se nutra de datos de ejecución en campo, que la inteligencia artificial analice patrones de avance para predecir retrasos o que las plataformas colaborativas pongan a disposición de todo el equipo, desde el arquitecto hasta el subcontratista, la última versión del diseño. Estudios recientes de consultoras globales como PwC y EY ya nos muestran cómo empresas que adoptan estas metodologías reportan hasta un 15% de reducción en los tiempos de entrega y una disminución significativa de errores y retrabajos.
En un mundo cada vez más interconectado, la adopción de estas herramientas ya no es una opción, sino una necesidad imperante para mantenerse relevante. Si bien la curva de aprendizaje puede parecer empinada, la ventaja competitiva que otorga un enfoque data-driven y una gestión optimizada es el diferencial que marcará el éxito de los proyectos del mañana. Argentina, con su dinamismo y talento profesional, tiene la oportunidad de posicionarse como un referente en esta transición, abrazando el andamio conectado y construyendo con una visión digital clara.