Estructuras Metálicas y Hormigón: Un Debate Sin Fin en la Arquitectura Uruguaya
Analizando las ventajas y desventajas de dos enfoques constructivos en un contexto de modernización y sostenibilidad.
En el paisaje arquitectónico de Uruguay, la elección entre estructuras metálicas y de hormigón se ha convertido en un tema de intenso debate. A medida que el país avanza hacia una modernización de su infraestructura, es esencial entender las implicancias de cada material. Desde el uso tradicional del hormigón, que ha dominado el sector durante décadas, hasta la creciente adopción del acero, las decisiones constructivas en 2025 deben estar respaldadas por un análisis crítico de las ventajas y desventajas de ambos enfoques. Según estudios recientes del Instituto de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de la República, el 72% de los arquitectos uruguayos reconocen la necesidad de reevaluar el uso de hormigón en favor de alternativas más sostenibles, como las estructuras metálicas, que prometen rapidez en la ejecución y mayor flexibilidad en el diseño.

Sin embargo, las estructuras metálicas no están exentas de críticas. A pesar de su resistencia y ligereza, su comportamiento ante fenómenos climáticos extremos, como las tormentas que han azotado el país en los últimos años, ha suscitado preocupaciones sobre su durabilidad. Por otro lado, el hormigón, aunque más pesado y menos flexible, ofrece una mayor resistencia al fuego y a los impactos, convirtiéndolo en una opción segura para edificaciones en áreas urbanas densas. La elección del material tiene un impacto significativo no solo en la estética y funcionalidad de los edificios, sino también en la sostenibilidad ambiental, ya que el proceso de producción del hormigón es altamente contaminante. En este panorama, es crucial que los arquitectos y constructores uruguayos analicen cada proyecto de forma individual, considerando no solo la eficiencia económica, sino también el impacto ambiental y la resiliencia de las estructuras ante los desafíos del cambio climático.