La arquitectura en 2025: un llamado de alerta ante el urbanismo insostenible
El diseño arquitectónico enfrenta desafíos críticos que amenazan la calidad de vida en las ciudades argentinas.
A medida que nos adentramos en 2025, el panorama arquitectónico en Argentina revela una alarmante desconexión entre las tendencias de diseño y las necesidades sociales urgentes. Con un crecimiento urbano desmedido y una crisis ambiental que se intensifica, las nuevas construcciones no solo deben ser estéticamente agradables, sino también funcionalmente responsables. Históricamente, Argentina ha sido un país que ha apostado por la modernidad en su arquitectura, pero las proyecciones actuales indican que el enfoque en el desarrollo sostenible es más crucial que nunca. La falta de espacios verdes y la densificación descontrolada están llevando a un deterioro de la calidad de vida en ciudades como Buenos Aires y Córdoba, donde el 70% de la población ya reside en áreas urbanas.

Según estudios recientes, se estima que para 2025, el 80% de las nuevas edificaciones en las principales ciudades argentinas no incorporarán criterios de sostenibilidad. Esto es alarmante si se considera que el cambio climático está provocando fenómenos extremos, como olas de calor y sequías prolongadas, que impactan directamente la habitabilidad de las urbes. Las arquitecturas del futuro, que deberían enfocarse en la eficiencia energética y la integración de espacios verdes, están siendo relegadas por proyectos que priorizan la rentabilidad económica sobre el bienestar social. Este llamado de atención es un recordatorio de que, si no se implementan políticas de urbanismo consciente, las ciudades argentinas no solo perderán su esencia cultural, sino que también arriesgarán la salud y el bienestar de sus habitantes.