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Martes, 7 de octubre 2025
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Pedales en la Urbe: ¿Conectividad o Parcheo?

|Obra pública
Un vistazo 2025 a la expansión de ciclovías en Argentina y el Mercosur: entre el entusiasmo vial y los baches de la planificación.
Pedales en la Urbe: ¿Conectividad o Parcheo?
Cada mañana, miles de argentinos se suben a sus bicicletas, no solo por deporte o conciencia ambiental, sino por una necesidad creciente de moverse en ciudades cada vez más congestionadas. Las administraciones, con la bandera de la movilidad sustentable, han impulsado la creación de kilómetros de ciclovías, transformando paisajes urbanos a un ritmo que a veces supera la coherencia. Pero en 2025, tras el boom de inauguraciones y la promesa de una Argentina más ‘bike-friendly’, la pregunta que resuena es crucial: ¿estamos construyendo una verdadera red interconectada o simplemente una colección de trayectos aislados?

La realidad es que el paisaje ciclista en nuestras principales urbes es heterogéneo. Desde los corredores bien señalizados y relativamente seguros de algunas avenidas porteñas, hasta los fragmentos incompletos o mal mantenidos en ciudades del interior, el panorama dista de ser uniforme. Los presupuestos de obra pública, a menudo fluctuantes y sujetos a los vaivenes políticos, han permitido avances significativos en ciudades como Buenos Aires, Rosario o Córdoba, pero la ejecución a veces prioriza la cantidad sobre la calidad o la interconexión lógica. Vecinos y usuarios se quejan de tramos que terminan abruptamente, de la falta de bicicleteros seguros o de la pobre iluminación nocturna.

Pedales en la Urbe: ¿Conectividad o Parcheo?
En la región, la situación es similar: mientras Montevideo avanza con proyectos integrales, y ciudades brasileñas como Curitiba (pionera en otros aspectos de la movilidad) aún luchan por una red cohesionada, el desafío de la planificación a largo plazo se hace evidente. No es solo pintar una línea amarilla, es redefinir el espacio público.

Mirando hacia el futuro, las tendencias indican una mayor integración de la bicicleta con el transporte público y el auge de las bicicletas eléctricas, que amplían el alcance de los ciclistas. Sin embargo, para que estas proyecciones se materialicen en una red funcional y segura, se necesita más que buena voluntad. Los expertos en urbanismo y movilidad insisten en la necesidad de planes maestros a nivel metropolitano, que trasciendan las gestiones municipales y que incorporen datos de uso real, seguridad vial y conectividad con nodos de transporte. La inversión en infraestructura no puede ser un fin en sí mismo, sino una herramienta para un objetivo mayor: una movilidad urbana eficiente y accesible para todos. Esto implica pensar en la señalización inteligente, la seguridad de cruces, y sobre todo, en la educación vial para ciclistas y automovilistas. Si el Mercosur quiere ponerse a la altura de las ciudades europeas con sus redes ciclistas envidiables, no podemos seguir con la estrategia del ‘parcheo’. Es hora de dejar de improvisar y empezar a planificar con una visión de décadas, no de mandatos.

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